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Teletrabajo: Somos más productivos pero ¿a qué precio?

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El COVID-19 ha cambiado las reglas del juego. Más allá de las medidas de prevención ciudadanas -como el uso de mascarillas o mantener las distancias de seguridad- la pandemia ha obligado a las empresas a adoptar nuevos hábitos que, hasta la fecha, parecían una utopía.

 

El teletrabajo ha crecido en España un +580%

 

En concreto, uno de los nuevos hábitos adoptados es el teletrabajo o home office. Según informan desde Cinco Dias, en época precovid, el teletrabajo en España sólo representaba el 5% del total de la población ocupada; en mayo del 2019 el porcentaje ascendía hasta el 34%.

 

El teletrabajo ha venido para quedarse

 

El teletrabajo no es una medida puntual y pasajera. De hecho, esta será una tendencia que cada vez irá más en aumento. Según un informe de Adecco, el 80% de los empresarios en España espera poder ofrecer a sus empleados la posibilidad de acogerse al teletrabajo durante el 2021.

 

Esta realidad -que dicho sea de paso, ahora vemos como algo natural- no siempre ha tenido buena acogida por parte de las empresas. Poco antes de que conociéramos la existencia del COVID-19, hablar de teletrabajo era para algunas un sinónimo de improductividad.

 

“Si no los controlamos, no trabajarán…”

 

Nada más lejos de la realidad. Tras la experiencia vivida durante el confinamiento, se ha demostrado que flexibilidad y productividad son perfectamente compatibles. 

Según un artículo de Airtasker, los empleados que hacen home office trabajan, de media, 1,4 días más al mes que sus compañeros que trabajan desde la oficina o, lo que es lo mismo, el teleworking aumenta la productividad en un +4,6%.

 

En busca del equilibrio perfecto entre productividad y bienestar

 

Sin embargo, este exceso de productividad advenido por el homeoffice del confinamiento puede conllevar algunas consecuencias negativas para los empleados. Según publican en Business New Daily, en comparación con el empleado que trabaja desde la oficina, los teletrabajadores se sienten:

 

         * Con un +26% más de dificultad para la conciliación.

         * Con un +10% más de sensación de estrés.

         * Con un +7% más de sensación de alta ansiedad.

 

Aunque, a priori, el teletrabajo implique un aumento de la productividad para las empresas, está claro que mejorar el rendimiento económico de una empresa a costa de la salud de sus empleados no es una situación sostenible.

Tener empleados insatisfechos no proporciona, en ningún caso, un escenario de estabilidad duradera para las empresas. Es clave encontrar una fórmula que garantice un teletrabajo óptimo para todos.


3 claves para alcanzar el bienestar en el teletrabajo


En un artículo publicado recientemente por ABC, revelaban que el 36% de las empresas están preocupadas por el estrés derivado por el teletrabajo durante el confinamiento. Y es que, durante el 2020, las bajas por estrés han supuesto pérdidas millonarias para las compañías. Encontrar fórmulas para alcanzar el bienestar en el teletrabajo debe ser una prioridad.


1. Define qué es flexibilidad


La mayoría de los millennials señala la flexibilidad como una de las prioridades a la hora de escoger una determinada empresa. Sin embargo, muy a menudo me encuentro con que existe una enorme diferencia entre lo que entienden las empresas por flexibilidad y lo que entienden l@s emplead@s.


Un buen punto de partida puede ser definir, entre todos, qué es flexibilidad (horarios, disponibilidad del empleado o vacaciones). Una vez queden acordadas las pautas, debemos comprometernos a cumplir lo establecido. 


2. Fomenta el contacto humano


Los científicos aseguran que el contacto humano (tanto físico como visual) disminuye el estrés. El teletrabajo elimina esa posibilidad de interacción por lo que la ración de humanidad diaria, en el caso de muchos empleados, es exigua.

No obstante, existen otros sucedáneos del contacto humano que nos permiten mantener el calor durante la jornada laboral: las videoconferencias. 

Los líderes de los equipos deben fomentar la conexión a través de videoconferencias.

Según un estudio de Microsoft, ahora los profesionales están más receptivos a encender su cámara durante las reuniones de equipo. En el caso de España, el uso de las cámaras en las videoconferencias durante las reuniones de equipo aumentó un +49% en comparación con su uso antes del confinamiento.


3. Adapta el teletrabajo a tu equipo


Hace poco publiqué una encuesta en LinkedIn en la que preguntaba cuál sería el modelo idóneo de teletrabajo. El 54% (de los 644 participantes) aseguraba que le gustaría optar por una fórmula híbrida de teletrabajo en la que se combinase trabajo en oficina y en casa.


Es mejor adaptar el teletrabajo a tu equipo que adaptar tu equipo al teletrabajo. Siempre y cuando las recomendaciones del gobierno lo permitan, conviene que las empresas escuchen a sus empleados para preguntarles qué fórmula les gustaría adoptar. Son muchos los que ven beneficioso el teletrabajo siempre y cuando se pueda combinar con días de oficina. Se ahorra tiempo y dinero en viajes, se gana en flexibilidad, y aumenta la comodidad.


Según afirma Nicholas Bloom, profesor de Economía de Standford, en un artículo del El Conficencial, “cuando la pandemia disminuya, trabajar desde casa dos días a la semana será óptimo para equilibrar el trabajo colaborativo y autónomo.”


Cimentar la productividad de la empresa sobre un modelo que provoque empleados insatisfechos no es rentable a largo plazo. El teletrabajo, si se adopta de manera adecuada, puede ser la alternativa más adecuada para mejorar la productividad de la empresa mejorando el bienestar de los empleados.